domingo, agosto 07, 2005

** Edurne (I) **


Hace 65 años, moraba Fëamenel, el Elfo Oscuro de Gondolin, en las tierras del Valle de Imladris, mas conocido como Rivendel. Poca gente sabe como ocurrió, pero su hermana Damita por aquel entonces de visita en Rivendel, dio a luz a dos preciosas gemelas, las dos, como mas tarde quedó demostrado, hijas del propio elfo. Un gran alboroto se formó, pues ambos retoños habían sido ungidos con el don de los hombres, aunque gracias a Eru, gozarían de una gran salud y una larga vida, por ser hijas de una Dúnadan y un Elfo.
Uno de los retoños, una hermosa niña, fue llamada por sus padres Edurne, y pronto creció fuerte y vigorosa.
Con el paso del tiempo, tanto su padre, Fëamenel, como ella misma fueron a vivir a Rohan, donde habitaba Damita, y allí fue feliz entre los suyos. Edurne crecía a ojos vista y la gente cada vez se asombraba mas, pues tenía la fuerza de los dunedain, pero a su vez, el porte y la belleza de los Altos Elfos.
Muchos pretendientes tuvo en su corta vida la pequeña Edurne, pero todos eran rechazados. Una sombra habitaba en su vigoroso corazón, sombra que con nadie quería compartir, ni siquiera con sus padres y sus mas allegados amigos. Si, porque Edurne tenía muchos amigos, desde su hermana Gemela Lómiel, como su prima Isiliel, la pequeña Aranedlor, Laithalatiel, Afirathiel, y un largo sinfín, pues era muy querida en estas tierras.
Pero nadie sabía de sus penas, hasta que un día no pudo soportarlo mas y explotó, no tuvo mas remedio que aceptar la realidad: Se había enamorado, se podía decir mas alto, pero no mas claro. Por fin la hermosa doncella dunadan había encontrado al dueño de su corazón. Pero la sombra que lo oscurecía era la persona a la que amaba, su propio padre, Fëamenel, sin esposa por ese entonces, el cual al enterarse y tras unos instantes de asombro, no dudo en ofrecerle su mano a su propia hija. Los elfos no solían desposarse con parientes cercanos, menos una hija, pero Fëamenel era un Elfo Oscuro, por tanto no le importaba en absoluto. Así en una calurosa tarde de primavera en las verdes praderas de Rohan y con las hermosas Simbelmynes de testigos, Fëamenel y Edurne, contrajeron matrimonio.
Desde ese día, Edurne olvidó las penas de su corazón, era feliz, o al menos lo parecía y no daba muestras de sufrimiento alguno, tal era su felicidad que un día no tuvo mas remedio que anunciarle a su esposo una grata noticia, estaba esperando un retoño, el fruto de una nueva unión entre las dos razas, unidas por la sangre de tiempos inmemoriales.
Y así transcurre la historia de Edurne hasta nuestros días, que son pocos aun para ella, a sus recién cumplidos 65 años, para lo que es la vida de los altos hombres del Oeste.

~*~*~
Esta historia es un regalo de una persona a la que quiero mucho, es la historia de mi personaje, en cierto modo mi historia. Gracias por escribírmela.
Cursors by Xquizit_442